Santiago Abascal: la forja de un líder

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¿Quién es realmente este hombre, vasco, fornido, de aspecto hercúleo y gallardo, bonachón, con barba hípster, con mirada penetrante, sincera y sonrisa profiden? Intentaremos descubrir a nuestro Gerard Butler español a través de este artículo.

Santiago Abascal Conde (14 de abril de 1976) Político. Nació en Bilbao, España. Es el actual presidente del partido VOX. Inició su carrera política en las filas del Partido Popular, siendo, en 1999, concejal del Ayuntamiento de Llodio, Alava. Posteriormente fue presidente de las Nuevas Generaciones del Partido Popular y procurador en las Juntas Generales de Álava. También fue parte del parlamento español y la secretaría de educación. En 2013, dejó el partido para crear VOX, del que es presidente desde 2014.

Primero decir que, me ha costado conseguir información real y no pasada por el calificativo manido de extrema derecha, cosa que parece mentira, pero si haces una búsqueda sobre Abascal, en casi todas las informaciones ponen la “coletilla” de extrema derecha al referirse a su liderazgo, a su persona, a su figura política o a su partido. Lo cual dice mucho de esos medios, incluyendo la Wikipedia que juzgan al personaje por lo que dicen los grandes medios de “incomunicación”. Ya saben, lo “políticamente correcto”, pero no por ello más falso que Judas Iscariote.

Nos remontamos in illo tempore, más concretamente a los años 1999-2007, donde Santi fue elegido como concejal en Llodio, además de como miembro de las Juntas generales de Álava. Allí es donde empezó a ver la verdadera cara del terror en sus carnes, pues fue objeto de amenazas de muerte por los asesinos etarras, junto a su padre D. Santiago Abascal Escuza, amenazado también, antes que a él por la misma razón: defender la libertad en Vascongadas. Intuyo que de allí es de donde le viene a Santi el amor por el servicio público y la dedicación a la política en España.

Pero yo no quiero hacer un artículo sobre la vida de Santiago Abascal de estilo periodístico, pues no lo soy, sino, desde mi modesto punto de vista, desde los ojos de un simple y llano ciudadano que le ha seguido desde aquellos tiempos hasta nuestros días a través de su figura política, humana y como líder carismático que un día puede gobernar España.
Saber que tenemos ante nuestros ojos a un líder de categoría, es tan simple como observarle desde el punto de vista aséptico, neutral, sincero, y no nos vamos a engañar, también desde la admiración y el honor de haberse enfrentado, como yo (con toda la modestia), a las hordas etarras y terroristas con valentía y pundonor a sabiendas que en cualquier momento podría ser el último. Desde el corazón y la intuición en saber que es una buena persona, un buen hombre, sin ínfulas de “poder” tan solo consciente que, para cambiar el mundo, para cambiar España hay que hacerlo desde la atalaya del poder.

Pero Santiago Abascal es sabedor que esta es una empresa muy compleja, donde se tiene que rodear de los mejores. Por esta razón, su grupo más cercano, su círculo de “batalla” son los escudos que le protegen, las espadas que se desenvainarán antes cualquier peligro que le amenace, los cruzados que protegerán a su capitán, a su líder.

Los hombres y mujeres valientes que, junto a él, no hace mucho tiempo, iban por las calles y plazas de nuestro país dando a conocer su mensaje político y patriótico, pues Vox es un movimiento patriótico que nace porque hay muchos españoles huérfanos de esperanza, de representación patriótica que defienda los valores que siempre hemos defendido para nuestra nación.

Por eso sus ideas, su mensaje, hablando a unos pocos en cada lugar, en cada pueblo, incluso, como ha contado Santi, a veces tenían que contratar a 10 ó 12 personas como “figurantes” para no darse tanta pena y frustración ante sus discursos.

En aquellos días, era como predicar en el desierto del Gobi. Era triste ver como con tanto sacrificio y esfuerzo apenas llegaban a tan poca gente. Él, subido en un taburete o cajón de madera y acompañado con los más allegados luchando y llevando el mensaje de libertad a todos los que querían escucharle. Me recuerda a la vida de Jesús (salvando las distancias y a los personajes) en sus comienzos cuando iba predicando con los discípulos, con total austeridad, soledad y desasosiego…Hasta que su palabra empezó a llenar los corazones de los afligidos, de los humildes, de los desfavorecidos. Hasta que su mensaje empezó a llenar las almas de aquellos hombres de buena voluntad.
Aunque no tengo el gusto de conocer a Santi, se intuye un hombre cabal, capaz de rectificar ante los errores y esto, de un político, es mucho decir. Pero su integridad le precede. Fue capaz de disolver la Fundación para el Mecenazgo y Patrocinio Social donde Esperanza Aguirre le nombró presidente. Solo duró 6 meses, cuando se dio cuenta que aquello era un “chiringuito”, un gasto superfluo y lo cerró.

Por supuesto, hablar de su valentía cuando ha estado media vida amenazado por los asesinos etarras, es una perogrullada. Si, Santiago Abascal es un hombre valiente, no digo que sea el más valiente, me falta información como para afirmar eso, pero sin duda, los que hemos estado cerca del conglomerado criminal y terrorista de la Eta, sabemos que no es una cosa para cobardes y pusilánimes, todo lo contrario, hay que tener mucho valor para estar en aquellos años entre aquella escoria. A parte, el miedo de los ciudadanos, los silencios cuando entrabas en cualquier sitio y no te conocían, las miradas ausentes, el miedo, la sospecha y por supuesto el odio a todo lo español de una parte de la sociedad vasca, era terrible. Yo lo viví durante una etapa de mi vida, pero Santiago Abascal nació y vivió allí durante mucho tiempo, encima siendo un político del partido Popular.

Él vivió bajo la presión y la incertidumbre de saberse amenazado por unos asesinos que, si hubieran tenido la más mínima oportunidad, eta hubiera atentado contra su vida, contra la vida de su padre, o la vida de su madre que regentaba una pequeña tienda familiar, donde algunas veces se despertaban con alguna pintada en su escaparate amenazándolos.

Un hombre ahora, entonces un joven, que fue forjando su personalidad con ese temor, pero a la vez se fue fortaleciendo cada vez con más fuerza para luchar por la libertad, que en aquellos años los terroristas tenían a las Vascongadas y al resto de España sometida al terror, al asesinato, el tiro en la nuca, los coches bomba, el secuestro, las amenazas y la extorsión: terrorismo criminal y asesino.

Santiago Abascal se forjó viviendo, seguramente, momentos terribles de zozobra, y porque no, de miedo, consustancial al ser humano y no le priva de su valentía ni del arrojo, sino que deja entrever que somos humanos y sufrimos por nosotros, por nuestra familia y nuestros compatriotas. Pero más que hundirle en sus convicciones, le hizo más fuerte, mejor persona y se forjó un liderazgo como pocos, carismático y fortalecido ante la adversidad. Leal para con su país, al que ama por encima de todas las cosas, pues esa patria la conforman su familia, sus amigos, paisanos, compatriotas de buena voluntad de todos los puntos cardinales de su patria: España. De aquella hermosa tierra vasca, pero tan española como sus ancestros, conquistadores, héroes que luchaban por los reyes de las Españas en In illo tempore. Por la gente llana vasca, pero ante todo españoles, que se sienten desamparados y desprotegidos de su nación. De todos aquellos que sienten los mismos valores que todos anhelamos y que tan orgullosos nos hace sentir de haber nacido o haber venido a esta tierra mágica de España.

Desconozco hasta donde llegará la figura política de Santiago Abascal, pero tengo la convicción que a poco que el destino quiera, más pronto que tarde, los españoles depositaremos la confianza en este hombre, en este líder, donde ahora todos los demás partidos, de izquierdas y de derechas quieren abatir, acallar, silenciar como sea, vituperando y despreciando a su partido, a su imagen, a su persona. Quizás la razón de esa inquina sea que todo lo que conforma y rodea a nuestra democracia esté podrido. Esté tan viciado y sea tan repugnante que cuando asoma un movimiento político como Vox, con un líder valiente dispuesto a cambiar las cosas y acabar con toda la podredumbre institucional, con las subvenciones masivas a todos los amigachos y “chiringuitos” de todos los partidos, el nepotismo y despotismo generalizado, la prepotencia del poder sobre los ciudadanos, la corrupción judicial, policial y de los servicios de inteligencia, C.N.I. de las “cloacas del estado” y, lo mas importante, un bipartidismo globalista que quiere esclavizarnos y acabar con nuestra nación.

Solo hay que ver la deuda tan gigantesca que tenemos, superior al 117, 1 % del P.I.B español, unos 1.311 billones de €.
Es imposible mantener la sostenibilidad con este derroche que hacen todas las instituciones, gobierno, ministerios, CC.AA. (Reinos de Taifas), ayuntamientos, diputaciones, etc. Un descontrol, un latrocinio generalizado, descontrolado y no perseguido ni penado por nadie. Es como decir aquello de “tonto el último” o “el dinero no es de nadie”.

Un estado elefantiásico y corrupto que se ha olvidado de los ciudadanos para centrase en los innumerables negocios donde el crimen, la mafia y la corrupción sistémica se ha implantado de forma que está asfixiando nuestro estado de derecho, se incumple la Constitución día sí día también por algunas comunidades autónomas, que hacen y deshacen a su antojo en un incumplimiento flagrante de la Constitución.

A nada que Vox, con Santiago Abascal a la cabeza, haga propósito de corregir esto, se podrá revertir todo el daño que durante los últimos años se le ha hecho a España. Pero que nadie se engañe, no será fácil, todos los partidos se opondrán para no perder sus prebendas, su pasta, sus subvenciones, llamarán a arrebato o “alerta antifascista”, habrá disturbios graves, pero si se deja actuar a la Policía, a los jueces y a la ley, todo pasará, aunque muchos lo tendrán que pagar por sus crímenes, para someterse a la ley y a la justicia.

No es menester estar al 100 por 100 de acuerdo con el programa político de Vox, yo no lo estoy, hay cuestiones que se deberían de replantear y ellos lo saben, pero sí que invitaría a los ciudadanos a que visiten la página web de Vox y lean su programa. Es imposible no estar de acuerdo con la mayoría de propuestas que hacen.

Por último, decir, que a pesar del desprestigio que la inmensa mayoría de medios de “incomunicación” hace constantemente sobre Vox y ante todo sobre Santiago Abascal, recordarles que, de 0 diputados en sus inicios a 52 en las últimas elecciones, es decir, cerca 3.700.000 votos, junto con el gran triunfo de Cataluña y ahora en las municipales y autonómicas, le hace ser uno de los partidos que origina mayor esperanza para que un día puedan gobernar y poner a España a la altura que se merece en la historia. Santiago Abascal se merece una oportunidad para demostrar toda la personalidad de la que hace gala, así como su liderazgo impregnado de valores, de honor, más la constancia, la dedicación, tanto la suya como la de Vox y el amor y la lealtad a España.

Ningún líder de Europa ha visto amenazada su vida desde que era un chaval, hasta casi nuestros días, pues antes eran los del tiro en la nuca y el coche bomba, ahora son las hordas criminales y violentas que en cada acto que actúa o cualquier miembro de Vox, allí se les impide ejercer la difusión de sus ideas a los ciudadanos, se les insulta y agrede. Ningún líder candidato o posible presidente de una nación soberana, democrática y libre, se ha forjado bajo la amenaza de muerte por una banda terrorista que le señaló por defender la democracia y la libertad en una región de España. Ningún hombre ha hecho tantos méritos, demostrando su valor para defender esa libertad, a su familia y a sus compatriotas como D Santiago Abascal Conde. Él se merece que los ciudadanos le pongan en el lugar de la historia que le corresponde, pues como él dice, no puede fallar ni defraudar a ni uno solo de los españoles porque se defraudaría y fallaría a sí mismo.

Emulando el final de sus discursos, hago mías sus palabras diciendo: «adelante españoles, sin miedo a nada y a nadie, todo por España, España siempre, VIVA ESPAÑA»

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