Entramos en el nuevo año después de unas navidades con la «Espada de Damocles» sobre nuestras cabezas, con este gobierno amenazando a los españoles con nuevas restricciones, controles sobre la libertad, pasaporte Covid; “vakunas” experimentales que son aparentemente inocuas ante el coronavirus, con dosis de “refuerzo” y más dosis que ponen en peligro la salud de los ciudadanos por sus múltiples efectos secundarios; normas coercitivas contra la libertad de movimientos, de expresión y de prensa, leyes habilitantes e inconstitucionales; una subida alarmante de la luz que está haciendo que suban todos los productos básicos de consumo y con un hastío y maltrato a la sociedad de forma ya insoportable.
Por cierto, para aquellos ignorantes que renombran las navidades con cualquier mamarrachada, felicitando esos días con unas felices fiestas, decirles que la Navidad se celebra por la Natividad de nuestro Señor Jesucristo, todo lo demás es una supina estupidez que la extrema izquierda ha adoptado como suyo.
No existiría ninguna fiesta que celebrar de no haber nacido Jesús en estas fechas, por lo tanto, que no inventen fiestas absurdas ni papas noeles, santas claus, o san nicolases, o peor aún, solsticio de invierno. ¿Si no se celebra el solsticio de verano, por qué celebrar el de invierno?
Como dos gotas de agua
Viendo a esta caterva que nos gobierna con total desprecio a los ciudadanos, a las leyes y a la propia democracia, no puedo por menos que retrotraerme, al menos, en el periodo de la historia más reciente, unos 86 años atrás, para poder valorar lo que realmente nos está pasando en la actualidad.
Contemplo con estupor como el parecido de aquella época a esta, es terriblemente parecida, salvando las distancias y en todo lo que hace referencia a los cambios, modas e idiosincrasia de las diferencias lógicas de las dos épocas. Pero en la cuestión política, yo diría que son como dos gotas de agua. Los personajes de aquella y esta son como clones que se hubieran teletransportado por el tiempo y hubieran aparecido en esta época con el mismo bagaje criminal que entonces. La diferencia que observo, es que, estos de ahora han probado las mieles del capitalismo, es decir, la riqueza, el dinero y el lujo.
A diferencia de los de antaño que solo pensaban en matar al prójimo, o, mejor dicho, a todos aquellos que no fueran de «su cuerda«, incluso hasta el punto de matarse entre ellos, darse golpes de estado, amenazarse o disputarse el poder a “navajazos”.
Pero amigo, eso de pisar moqueta, coche oficial, escolta, banda de música y casoplones, con unos sueldos que ya los quisiéramos los pobres mortales, con una cuenta bancaria millonaria donde entran los dineros; unos por comisiones, otros por dádivas del partido, otros por cuentas opacas en paraísos fiscales de narco-dictaduras; o directamente cuentas abiertas en aquellas dictaduras que se dedican al tráfico de drogas, de personas, de oro, diamantes, prostitución de menores y todos los crímenes más horrendos que uno se puede imaginar, marcan la diferencia.
Solo hay que acordarse de las 40 maletas que trajo aquella criminal, Delcy Rodríguez, la numero dos del régimen asesino del narco-estado de Venezuela, supuestamente llenitas de oro, divisas o cocaína haciéndole los honores de recibirla y acompañarla a territorio español ─Y quien sabe que más─ el entonces exministro Ábalos, por lo tanto, espacio Schengen.
Es decir, territorio de la UE, donde tenia expresamente prohibida su entrada, además de orden de busca y captura por delitos de lesa humanidad y torturas. Pero como la fiscalía es del gobierno, o “¿de quién depende la fiscalía, de quien depende?” Pues eso…
La izquierda caviar
Estos son los nuevos ricos, los que “cabalgan las contradicciones” sin inmutarse. ¡Los comunistas del siglo XXI!, lo que Rocío Monasterio ha venido en denominar la «izquierda caviar«.
Esta es una diferencia primordial de dos épocas, que siendo muy parecidos los personajes, igual de ignorantes, «merluzos» sinvergüenzas, criminales, incluso, si les dejáramos, serían igual o más asesinos que los de antaño, lo que pasa que están en la fase del «ramploneo», del latrocinio, del nepotismo y el despotismo, del «todo pa la saca«, que mientras nadie se atreva a rechistarles, todo irá bien.
Pero en cuanto haya alguien; juez o jurado, persona honrada, ciudadano anónimo o público, sensato o insensato, cabal o íntegro que ose encausarles, denunciarles, procesarles o sentenciarles, o simplemente señalarles en un simple twitt, se desatará la ira demoniaca de antaño y de nuevo pondrán encima de la mesa «como un coño de grande«, el guerra civilismo, la revolución bolchevique o bolivariana, las checas o los gulag.
Sacarán a colación que todo es una conspiración contra los “representantes del pueblo”, ellos, los que odian a España, los que humillan la bandera y al himno, los que pisotean los chuletones –pero bien que ellos los «tripean como gorrinos en las pocilgas” con esas buenas carnes o enormes mariscadas, y de postre… unas buenas dosis de farlopa, whisky y por supuesto prostitutas a tutiplén– los que anteponen un supuesto bienestar vacuno a las decenas de miles de asesinatos abortistas de seres humanos indefensos que se producen en España todos los años.
Estos que se ponen tan estupendos defendiendo el cuidado en spas de las vacas y gallinas y resto de la fauna animal mientras que se ponen a la cabeza de la defensa de los asesinos de la ETA, que estuvieron matando con tiros en la nuca, coches bomba, secuestros interminables y sembrando el terror durante 60 años, donde, además, no se han arrepentido, sino todo lo contrario, están orgullosos de haber destrozado la vida a cientos de personas, a todo un país.
Es más, Otegui, uno de los individuos más execrables, repugnantes y criminales de esa banda de asesinos, ha manifestado: «que de no cumplirse las expectativas de Euskal Herria, volverían a tomar las armas y volverían a matar”.
El frente común y la protección de la fiscalía general del gobierno
Así que, “cambiar todo para que nada cambie”, ya se encargan ellos de que así sea, controlando todas las actuaciones judiciales o enterrándolas en la fiscalía general del gobierno, que no del estado.
Todos ellos han formado un frente común contra la libertad, contra los derechos de los ciudadanos y sus derechos fundamentales, contra la democracia. Quieren volver a impulsar el bipartidismo para que todo siga igual, para impedir que se acabe con la infamia del crimen institucionalizado y repugnante que asola nuestra patria.
El renacer de la esperanza
Pero el nuevo año también puede traer nuevos aires para la libertad, para la esperanza, para España.
Una ola que cada vez se va haciendo más y más grande se ve en lontananza, con un horizonte cada vez más cercano.
Un movimiento social, político, patriótico, de liberación de los sentidos, que rompe los dogmas establecidos, que habla de forma clara y contundente a los ciudadanos, pues millones de españoles habíamos dejado de tener esperanzas, habíamos dejado de creer en nosotros mismos, pero lo que empezó siendo una arenga encima de una caja de madera en un barrio de Sevilla, hoy es un inmenso sunami, un viento de libertad que nos ilusiona y nos llega al alma como nunca antes habíamos percibido, ese movimiento patriótico es el que temen con pavor los que creen que pueden destruir España sin que tenga consecuencias.
Por eso, intentarán destruirnos, apocarnos, e incluso, ilegalizarnos.
Sólo necesitábamos a un líder, a un puñado de hombres y mujeres valientes dispuestos a defendernos, a acompañarnos en esta ardua «batalla», pues, aunque hemos tardado, nos hemos dado cuenta a tiempo que estamos al borde del abismo, al borde de una sima de consecuencias catastróficas para el devenir de la nación española. ¡Y no se lo vamos a permitir!
Somos muchos más, somos mucho mejores, somos patriotas y sentimos a España en el corazón, llevamos a España en el alma y no tenemos miedo a nada ni a nadie, ¿hay fuerza y movimiento mayor que eso?