11M: 18 años de infamia

11M

18 años después, hoy sigue siendo 11M, no sólo porque se han cumplido ahora, sino porque los 18 años anteriores también lo han sido. Todos los días lo son, pues seguimos sin saber la verdad de aquella infamia que hizo que un gobierno que jamás tendría que haber llegado al poder, lo hiciera, de no haber sido por una gigantesca presunta conspiración, seguida de una de las mayores propagandas falsarias de la historia contemporánea de España. Una enorme puesta en marcha del engaño mas sacrílego y repugnante que un gobierno jamás haya perpetrado. Pues aquella ignominia se hizo, no sólo para cambiar un gobierno, sino como estamos viendo, lo fue para cambiar un régimen y destruir España.

José Luis Rodríguez Zapatero alcanzó el poder después de haberse perpetrado el atentado mayor de Europa, tres días antes de celebrarse unas elecciones generales que costó la vida a 193 personas, en cuatro trenes de las cercanías de Madrid, donde estallaron 10 artefactos en varios vagones, más dos de ellos que no hicieron explosión y los hicieron estallar de forma controlada en el lugar donde aparecieron, porque al parecer, no podían desactivarlos. Pero el explosivo más importante de todos, que da las claves de todo lo que vino después, es el decimotercer explosivo, que aparece en un bolso oscuro en la comisaría de Vallecas: la llamada “mochila” de Vallecas. Donde antes de llegar allí, al parecer, es recogida por una dotación de policía nacional en la estación del Pozo. Esta dotación, después de un periplo de ordenes confusas y contradictorias, de ir de “la ceca a la meca”, es decir, esa dotación (que entre ambos policías hay uno que es el que da las órdenes y que no conoce nadie, según manifestó en el juicio el otro policía de la dotación) recoge unas bolsas en el Pozo, bolsas no precintadas─ por lo que cualquiera podía haberlas dejado allí─, pues tampoco nadie las custodió durante el proceso de inspección y requisa de los objetos y posibles pruebas.

El periplo de la “mochila” de Vallecas

Una vez que la dotación policial ha recogido las bolsas (bolsas negras grandes de basura y dentro se hallaban los enseres y objetos recogidos en la estación el Pozo) se les ordena llevarlas a la Comisaria de Vallecas, allí no se lo admiten y les ordenan llevarlas a la comisaria del Puente de Vallecas, pero allí tampoco se lo admiten y les ordenan llevarlas al IFEMA, donde las depositan en uno de los pabellones. Pero cuando regresan a la comisaria del Puente de Vallecas, les ordenan volver al IFEMA para recoger de nuevo esas bolsas y llevarlas al Puente de Vallecas, donde por fin las depositan en una habitación. Una vez allí es cuando alguien se percata del peso de una de las bolsas, de unos 10 o 12 kg. Esta bolsa levanta sospechas y se llama al TEDAX. Pero insisto, ningún policía del TEDAX, encargados de realizar todas las inspecciones oculares en todos los trenes, ningún operario de otro organismo, nadie, absolutamente nadie reconoce el haber encontrado ese bolso en ninguna de las estaciones donde estallaron los trenes, aunque fueron inspeccionados por los TEDAX de cola a cabeza y de cabeza a cola varias veces. Nadie encontró ese bolso. En el mismo, apareció un móvil, varios cables y un explosivo denominado GOMA 2 ECO. Esto es de vital importancia para el devenir de todos los acontecimientos posteriores, pues esta GOMA 2 ECO es la que iba a determinar el explosivo que, según la versión oficial, es la que estalló en los trenes, es decir, el arma del crimen, que lleva a la trama asturiana (Trashorras). Y el móvil que apareció en esa bolsa, más concretamente la tarjeta sim, determinaría el autor y autores (Jamal Zougan y su tienda de móviles), tanto materiales como intelectuales de los atentados, siempre desde la versión oficial.

La “mochila” y la Kangoo

A través de esas dos líneas, el explosivo de la supuesta (“mochila”) bolsa de Vallecas y la tarjeta sim del móvil que provenía de la tienda que regentaban tres socios, dos hindúes, junto con Jamal Zougam fueron los que determinaron toda una consecución de pruebas presuntamente falsas que aparecían por doquier, como por ejemplo; la furgoneta Renault Kangoo, que apareció en las inmediaciones de la estación de Alcalá de Henares, el mismo día 11 de Marzo, cuando al parecer un portero de una vivienda observó a tres individuos que lo abandonaban mientras entraban en la estación de Alcalá. Aunque este portero declara que su aspecto no es árabe sino más bien pudieran ser de Europa del este. Siendo inspeccionada “in situ” por miembros del TEDAX y por guías caninos, no encontrándose nada sospechoso ni rastro de explosivo, siendo trasladada a las dependencias del complejo policial de Canillas por una grúa y escoltada por dos dotaciones de policía, pero hasta una hora y media más tarde no hizo acto de presencia en esas instalaciones. ¿Dónde estuvo dicha furgoneta durante esa hora y media? Nadie sabe dónde estuvo dicha furgoneta, lo que si se sabe es que cuando de nuevo fue inspeccionada en aquel centro policial, ¡eureka!, aparece medio cartucho de GOMA 2 ECO, el mismo explosivo que el de la “mochila” de Vallecas, detonadores y una cinta con versos del Corán. que aparecieron por arte de magia en Canillas, es decir, cuando lo inspecciona el TEDAX y los guías caninos no aparece nada, ningún vestigio, dos horas mas tarde, desaparece una hora y media en el traslado a canillas, aparece con las “pruebas” citadas.

Sánchez Manzano

Este comisario jefe de los TEDAX, de la C.G.I. fue determinante para hacerse una idea de quien es este personaje en toda la trama del 11M, porque él fue quien se llevó, tanto los explosivos de la «mochila» de Vallecas como el móvil, supuestamente para su análisis. Además, fue el que recepcionó la Renault Kangoo con las 64 evidencias supuestamente “colocadas” a posteriori en la Kangoo. Recordemos que se había inspeccionado “in situ” por guías caninos y policía científica y no habían hallado nada. Fueron inadmitidas varias querellas que él mismo había interpuesto contra varios periodistas, por el derecho al honor. Al final se le interpuso varias querellas por los delitos de falso testimonio y de encubrimiento por ocultación de pruebas, que contra él se instruye a instancias de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M. Se revela igualmente que la Brigada Provincial de TEDAX remitió a la Unidad Central dirigida por Sánchez Manzano una nota informativa indicando que la mochila de Vallecas no estalló porque tenía dos cables sueltos, a pesar de lo cual el comisario Sánchez Manzano no comunicó ese extremo al juez Del Olmo en el informe sobre explosivos de 26 de abril de 2004. Se confirma que el laboratorio de los TEDAX, a diferencia del de la Policía Científica, no contaba con el equipamiento necesario para los análisis detallados que había que realizar a las muestras, a pesar de lo cual no se enviaron a la Policía Científica esos vestigios que habrían permitido conocer qué explosivo estalló en los trenes. Pero lo más importante es que esa función, según los protocolos de la D.G.P., era que tendría que haberse hecho cargo la Brigada Provincial de los TEDAX de Madrid y nunca la C.G.I.

El ex comisario jefe de los TEDAX, Juan Jesús Sánchez Manzano, ha declarado ante la juez que durante la recolección de restos en la escena de los atentados del 11-M se consideraron como simples «objetos» lo que los agentes recogieron en los focos y que sólo pasaron a considerarse «muestras» los que fueron seleccionados por un perito. Según ha añadido, todo aquello que no fue considerado como «muestra» se destruyó posteriormente”.

La escena del crimen

En cualquier atentado terrorista o en cualquier crimen, la policía tiene que investigar una serie de factores; la escena del crimen, para lo cual tienes que precintar dicha escena para que no se vea alterada por nada ni nadie. Por lo tanto, todo lo que había allí, es decir, los cadáveres, todos los enseres de las víctimas, todos los vestigios y pruebas a considerar para la investigación; como trozos ingentes de hierros, objetos o cualquier cosa que podría dar alguna luz en los posteriores exámenes y pruebas de laboratorio. Por supuesto, los vagones, con todos los orificios de los explosivos, todo ello era susceptible de servir como prueba o indicio. Todo eso desapareció a las 24-48 horas de cometerse el atentado mayor de Europa. Los trenes se llevaron a los Altos Hornos de Vascongadas para su destrucción. Pero jamás apareció la diligencia judicial que ordenaba dicha destrucción. La policía recogió, al parecer, unas cuantas toneladas de pruebas, ninguna apareció, tan solo unas muestras exiguas para cualquier tipo de análisis forense.

Alfredo Pérez Rubalcaba

La gigantesca propaganda del gobierno, a través de Alfredo Pérez Rubalcaba, construyó un móvil para construir su hipótesis de lo que falsariamente había ocurrido: un atentado islamista. Que por supuesto nadie, jamás, ni Al Qaeda ni ningún otro grupo terrorista reivindicó, que se pudiera contrastar fehaciente. Para ello utilizaron casi todos los medios de comunicación que estaban a su servicio, aunque la SER y El País (GRUPO PRISA), Ferreras como jefe de los informativos e Iñaki Gabilondo en la radio fueron los impulsores de toda aquella abominación de mentiras, patrañas, noticias falsas, invenciones y falsedades como aquello de: “Según tres fuentes de la lucha antiterrorista, en los trenes había terroristas suicidas”. Además, daban hasta los detalles más inverosímiles, como que iban con tres capas de calzoncillos y rasurados. Estos se habrían inmolado con explosivos y metralla. En ninguno de los trenes apareció ninguna metralla, ningún herido o muerto tuvo metralla, como bien declaró la jefa del Instituto Anatómico Forense.

El propósito y la consecución

El resultado ultimo de aquella presunta conspiración, que se iniciaría, presuntamente para cambiar un gobierno, el propósito último, como estamos viendo, es cambiar el régimen democrático del 78 por una supuesta agrupación de republicas ibéricas e independientes, que es en lo que está en estos momentos este gobierno, impulsando una serie de leyes habilitantes, y, por lo tanto, inconstitucionales para finalizar aquel proceso involutivo.

La verdad, nada mas que la verdad

Si en España no logramos saber toda la verdad sobre el 11M, si no logramos que se juzguen correctamente a todos los culpables que intervinieron en aquella infamia, a todos aquellos que nos mintieron, engañaron y nos humillaron, a todos aquellos que a través de los medios de comunicación mintieron a todos los españoles, España jamás recuperará la dignidad como nación, jamás podremos levantar la cabeza como pueblo, jamás podremos decirle a las generaciones futuras la verdad de aquel crimen horrendo, pues es imposible recuperar esa dignidad sin saber la verdad de aquella ignominia, de aquel asesinato masivo, de aquella infamia que hoy, 18 años después, seguimos sin dar eterno descanso a las víctimas, a sus familiares y amigos y a todos los españoles de bien que reclamamos justicia, memoria y dignidad.

Gabriel Morís (Fallecido hace algunos años), victima del 11M al perder un hijo en aquel atentado y uno de los ilustres peritos que descubrió el componente, dinitrotolueno, componente básico de la marca Titadyn (explosivo utilizado por ETA), extraído de la única muestra de los focos de los trenes que no estaba contaminada. Recordemos el famoso video de los peritos; pericia que fue ordenada por el juez Gómez Bermúdez y que nunca mostró en el juicio, donde se descubría el componente dinitrotolueno, dijo estas palabras en una entrevista:

«A mí me gustaría pensar bien, yo soy bien pensado, pero ante los hechos no se puede pensar bien»

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