LA LAGUNA GRANDE DE GREDOS

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Hay una ruta maravillosa de dificultad media por el sistema central de Gredos. Sus paisajes son espectaculares con la facilidad de encontrar cabras montesas que lo convierte en una excursión obligatoria y de disfrute superlativo, para iniciarse en el mundo del senderismo. 2 horas y media de ruta lineal que no te puedes perder.

La senda de la Laguna

Llegamos entusiasmados a las montañas de Gredos, huyendo del finalizado confinamiento de Madrid, para enamorar nuestra vista con unas montañas inmensas que ganan en tamaño a la mediana sierra de Guadarrama. Llegamos al pueblo de Hoyo del Espino y vamos a comenzar esta ruta desde la llamada Plataforma de Gredos. 

Es recomendable madrugar porque el aparcamiento es limitado y se llena a las pocas horas de amanecer. También hay que pagar por dejar aparcado el coche, con 7€ por vehículo. Recordamos que hay que llevar abundante agua, calzado de senderismo y bastones de trecking. Con estos últimos yo me he acostumbrado a rutear con apoyo y ya no salgo sin ellos.

La ruta comienza ascendente hacia el arroyo de la garganta de Prado Puerto, donde a los 2 kilómetros llegaremos al río de las Pozas. En este lugar, con bellas vistas, la mayoría de visitantes que no tienen pensado completar la ruta terminan aquí y se vuelven. También es el lugar donde nos encontraremos con nuestras amigas las cabras. Vigilen los bolsillos porque son unas ladronas. Puesto que aquí comenzamos a quedarnos solos, tened en cuenta que es una ruta lineal ( de ida y vuelta) con 2h 30 de ir y otros 2h 30 de volver. El camino sigue en ascenso y en los primeros kilómetros ya se puede ver el pico Almanzor desde los pequeños miradores. De hecho, la subida se puede tornar fatigosa si no se tiene costumbre de senderismo o andamos en horas de mucho calor. Una vez superado los repechos, alcanzamos el mirador de la garganta del Rayo, lugar en el que ya se ve la laguna y el camino que hemos dejado atrás desde las alturas. Y comienza el descenso a la Laguna, a través de rocas, pero que no van a suponer ningún problema. Una vez allí, os recomiendo merendar o almorzar y refrescar vuestros pies en las gélidas aguas. Allí mismo se encuentra el refugio Elola que ofrece alojamiento, previa reserva, para aquellos que también quieran pernoctar y continuar hasta el gran pico Almanzor. Os doy como sugerencia la idea de que paséis una noche en el refugio y disfrutar de una noche estrellada de verano a más de 2000 metros de altura en lo alto de la montaña, es un auténtico regalo para los sentidos.

El pico Almanzor

Decidimos pasar la noche y descansar en el refugio, donde pudimos compartir historias y experiencias con otros montañeros. A partir de aquí, y hasta el pico Almanzor, la situación cambia. Es una ruta de dificultad alta, necesaria de una preparación física y de equipos de montaña adecuados. 

Al amanecer pusimos rumbo por los ascensos hacia la Portilla Bermeja que es algo más sencilla que por la del Crampón. Las pendientes se tornan mucho más pronunciadas y es necesario el uso de casco, incluso las piedras se hacen más grandes y los huecos más profundos. Hay que pisar con cuidado y con calma.

Dicen que no es recomendable subir los últimos 10 metros si sufres de vértigo, pero el entusiasmo de haber conseguido llegar hasta lo más alto me animó a dar ese último paso. Lo recomiendo si queréis ir entrenando el vértigo, pero muy despacio, con mucha calma y siempre en equipo. 

Desde los casi 2600 metros de altura es maravilloso tener el mundo a tus pies. El silencio se torna un compañero apetecible donde poder reflexionar con el mundo ahí debajo. Las vistas son únicas y sólo la hora de regreso es la que nos empuja a regresar de nuevo al refugio y de allí a la plataforma. 

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