Pedro Sánchez Pérez-Castejón, llegó a la presidencia del gobierno de España a través de una moción de censura que interpuso el PSOE contra Mariano Rajoy
Dicha moción fue posible gracias a unas frases que el juez de Prada (juez de las «cloacas») metió como una «morcilla» en una sentencia de la Gürtel donde precisamente Rajoy estaba como testigo. Y aprovechando que “el Pisuerga pasa por Valladolid» este vio la oportunidad para introducir varias descalificaciones sobre éste que estaban fuera de lugar y así se lo reprochó la sala del T.S. Pero todo estaba «orquestado» para que este individuo asaltara el poder de forma ilegítima, pues ese mismo tribunal del T.S. le ordenó al juez falsario y presuntamente prevaricador, Sr. De Prada, retirar las mismas. En ese momento se debería de haber anulado todo lo que aconteció después, pues aquellas frases fueron el detonante para que Pedro Sánchez argumentara que Rajoy estaba mintiendo, por lo que así justificó su moción de censura.
Aquello fue una argumentación jurídica que partía de una falsedad, o la justificación para plantear aquella infame moción de censura y el asalto al poder. Fue un proceso inquisitivo que formaba parte de un plan mayor.
Un plan que comenzó a ejecutarse el día 11 de marzo de 2004 entre las 7:36 y 7:40 horas de aquella mañana, en cuatro trenes de las cercanías de Madrid. 193 asesinados y cerca de 2000 heridos, mutilados y damnificados de por vida lo atestiguan.
Aquella infame conspiración se había planificado, presuntamente, desde «las entrañas de la bestia»: desde las «cloacas del estado». Allí es donde se simboliza todo el mal engendrado, todo el odio, toda la sangre derramada el día de la infamia.
No me quiero ni imaginar cómo es posible que quien ha llevado alguna vez un uniforme, haya servido algún día a España, o hayan jurado servir y proteger, defender los derechos fundamentales de los ciudadanos, la libertad de los españoles y defender a España, puedan olvidar lo que un día juraron o prometieron defender, para enfangar, traicionar y arrastrar a la patria con la sangre de decenas de españoles o ciudadanos que vivían con nosotros y trabajaban por España. No puedo ni quiero imaginarlo.
Un peligro para la seguridad nacional
Pero aquel 11 de marzo se puso en marcha una planificación como nunca antes se había hecho, al menos, en tiempos de paz: intentar acabar con una de las naciones más antiguas del mundo. Y como la conspiración que fue, convendría saber que a algún país europeo no le importaba que España perdiera su poder e influencia en el mundo. Ya lo dijo, al parecer, Jacques Chirac, según la declaración del excomisario Villarejo en la audiencia nacional sobre la actuación de los servicios secretos marroquíes, franceses y españoles, donde estos habrían actuado y conspirado para planificar y ejecutar los atentados del 11M en Madrid. Para ello se habrían reunido en un castillo propiedad de Mohamed VI a 75 Km de París.
Jacques Chirac: –»Es ahora o nunca cuando hay que actuar para oponerse a la penetración española en Marruecos»–
Según la nota del espionaje francés: –»A continuación se puso en marcha una estrategia para alcanzar ese objetivo»–.
Pero hay más, el 04/12/2006 Jesús Cacho publicaba este artículo sobre las declaraciones que efectuó el jefe de la política exterior de Rabat, éste «sugiere» la participación francesa y marroquí en el 11-M. Otro responsable marroquí que declara sobre dicha participación.
“A las 24 horas de que los españoles desalojasen a los infantes de marina marroquíes instalados en el islote Perejil, el 17 de julio de 2002, el Rey Mohamed VI envió a París a su hermana, la princesa Lalla Mariam, con un mensaje urgente para Jacques Chirac”. Así comienza la noticia que, a cuatro columnas y con foto de Jacques Chirac y del rey de Marruecos, el periodista Ignacio Cembrero firmaba en este periódico.
https://elpais.com/diario/2006/11/30/espana/1164841220_850215.html
Lo que vino después de aquellos atentados fue la culminación bastarda de la propaganda falsaria, prevaricadora y falaz de todos aquellos responsables, por acción u omisión en la participación de aquella infamia. Al margen del paripé más sórdido y repugnante de injusticia que jamás un tribunal de justicia hubiera perpetrado en España. Fue la constatación de saber que hay jueces que se venden por un plato de lentejas, o en este caso, por un plato de ascensos, dadivas y remuneraciones suculentas a costa de la ignominia de prevaricar, de tomar decisiones injustas a sabiendas que las estás tomando. En definitiva, una traición de un alto tribunal de justicia para con España y los españoles y ante todo para con la verdad, bien supremo que un magistrado tiene la obligación ética, moral y profesional de proteger y buscar esa verdad en cualquier procedimiento como salvaguarda de la justicia y de la propia ley. ¿Verdad Señor Gómez Bermúdez? Por cierto Sr. Bermúdez, ¿por qué cree Ud. que los españoles no estamos preparados para saber la verdad sobre el 11M? Y si Ud. sabe esa verdad, ¿es que acaso el tribunal que Ud. presidia como magistrado no obtuvo dicha verdad, por qué condenaron a terceras personas o sin las suficientes pruebas? Había que cerrar aquella infamia como fuera, aunque fuera falsamente con una “verdad judicial” tan falsa como su propia sentencia.
Además de permitirse que se destruyeran pruebas durante el procedimiento, como la destrucción de los trenes a las pocas horas de los atentados, testimonios de dudosa reputación, pruebas falsas que aparecían en sitios inverosímiles, vehículos que aparecían por arte de magia etc
Dijo Juan Pablo II; “La paz exige cuatro condiciones esenciales: verdad, justicia, amor y libertad”, ninguna de ellas estaba presente en aquella sentencia infame ni en el tribunal juzgador.
El germen del mal
Estos dos artífices del mal, ZP y Sánchez, están haciendo más daño a España que cualquier otro sátrapa o reyezuelo de nuestra historia, ─aunque ha habido grandes reyes─ pues hay una diferencia sustancial, que aquellos reyes posiblemente no querían destruir a España, sino que sencillamente eran personas mediocres, inútiles o vanidosas que la historia ha dado. Tampoco se aliaban con sus propios enemigos y menos pactar con quien les quería destruir, al margen de las conspiraciones palaciegas. Pero estos, a parte de ser malignos, maléficos y psicópatas, son destructivos, aniquiladores y corrosivos. Ambos, ¡vive Dios!, han tenido que salir de las ergástulas del mismo diablo.
La historia a veces se alía con el mal en un mismo periodo de tiempo y personajes como estos, que cada uno en su gobierno dejó la herencia o la semilla de ese mal para que el otro la continuara, como así ha sido con ambos. Aunque en ese periodo se infiltró “otro que tal baila”, Mariano Rajoy, pero es fácil eliminar de esa ecuación a un bolso, que, por delegación de éste, actuó como presidente en el hemiciclo mientras él se quitaba las penas con un amigo escocés.
Hay más ejemplos de esa dualidad maligna, por ejemplo: Lenin-Stalin, Hugo Chávez-Maduro, o Negrín-Indalecio Prieto, ambos fueron los que saquearon las riquezas de España; Negrín se encargó del banco de España, robando más de 7.800 cajas de lingotes de oro, unas 510 toneladas que entregó a los bolcheviques de la U.R.S.S. Prieto, se sacó de la manga una ley para poder requisar-robar multitud de obras de arte, cuadros, joyas, diamantes, cajas de seguridad de los bancos, depósitos etc. este fue el mayor robo de la historia, el saqueo más impresionante que el mundo haya contemplado. Por supuesto, ese saqueo comprendía también el enriquecimiento personal o también el latrocinio para otros miembros del PSOE y miembros de aquel Frente Popular.
ZP fue el que, presuntamente, planificó y ejecutó el 11M, Sánchez solo ha tenido que empujar “el tren”, permitiendo subir a ese tren a todo un submundo colérico, fantasmal y esquizofrénico de odiadores, de bandas de asesinos, de bandas criminales dispuestas a seguir el plan de Sánchez a la perfección. Es como si se hubieran alineado los planetas en torno a la Tierra para permitir la llegada del Armagedón, del meteorito mas destructivo del universo: el comunismo. Recordemos que ya lo habían intentado en el 36 con aquel Frente Popular, pero en aquellos tiempos nos salvamos. Mejor dicho, nos salvó Francisco Franco, pues a pesar de no querer entrar en lo que ya era una guerra que prácticamente había comenzado, o al menos su prólogo, en 1934 con la revolución de Asturias, con cerca de 1600 muertos y más de 3000 heridos, el golpe de estado en Cataluña por Companys, luego más tarde los sucesivos atentados de muerte, como el de Calvo Sotelo por la escolta socialista de Indalecio Prieto, Franco se vio obligado por las circunstancias y este pudo ser uno de los detonantes para que se decidiera a intervenir, prodigiosamente, en la guerra civil española.
Las dos almas del PSOE
El PSOE siempre se ha caracterizado por tener dos almas. Una, el alma social demócrata, donde disimulaban muchos vicios inherentes a este partido. Un ramalazo de totalitarismo intrínseco en ellos, pero como decía, cuando asomaba esa alma, lo disimulaban. Bien es verdad que siempre les duró muy poco. Ya en el 36 tuvieron a Julián Besteiro, que tanto molesta al PSOE, pues siempre representó a esa alma buena de lo que era el verdadero y putrefacto PSOE: tirano, totalitario y criminal. Pero Besteiro fue la voz disonante en aquellos años, incluso hasta el punto de enfrentarse en plena guerra civil, en las calles de Madrid, en la llamada batalla de Madrid a las tropas de Negrín, Largo Caballero y Prieto que querían sacrificar a miles de jóvenes para que defendieran Madrid del avance de Franco.
Mi conclusión es que los 143 años de existencia de este partido, el PSOE, está plagada de crímenes horrendos, de asesinatos indescriptibles, de golpes de estado, de crímenes de estado, como los GAL, de conspiraciones para asaltar gobiernos que avergonzarían a cualquiera menos a los dirigentes y, al parecer, a los votantes del ese partido que sigue manteniendo sus siglas manchadas de sangre, manchadas de ignominia y traiciones. Lo de la gente que sigue votándoles, se puede perdonar por su terrible ignorancia histórica y un adoctrinamiento de generaciones que a través de los años se podrán desintoxicar, pero lo de sus dirigentes, desde pablo Iglesias Posse, su fundador, que amenazaba de muerte en el congreso, hasta nuestros días, ha sido una panoplia consecutiva de criminales, en su inmensa mayoría, salvo honradísimas y muy escasas excepciones, de indeseables que asaltaron de una u otra forma el poder para cometer crímenes en nombre de la democracia y de la libertad para enriquecerse ellos, al partido y a sus secuaces, pues en definitiva, es lo que son: una banda de criminales que conformaron un partido político llamado PSOE.