Francisco Franco, el único militar que venció la guerra al Comunismo

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Los enemigos de la extrema izquierda española son enormemente poderosos, yo diría que algunos personajes históricos incluso hasta inmortales. Un ejemplo de ello es Francisco Franco Bahamonde que lleva más de 45 años muerto, exhumado y vuelto a enterrar y aún lo persiguen como «alma que lleva al diablo«. Claro que, para sus enemigos, semejante reputación se la ganó con sangre, sudor y lágrimas, pero también, porque no decirlo, con mucho arrojo, estrategia e inteligencia. No se ganan las guerras siendo un zoquete, que de esos hubo muchos en el otro bando.

Fue, es y será, posiblemente, el único militar del mundo que le ha ganado la guerra al comunismo. Sin duda, uno de los mejores estrategas que el mundo haya conocido. Y no sólo venció a un comunismo cualquiera, sino al peor marxismo criminal y asesino de la historia. Al terror rojo bolchevique stalinista. ¡Ahí es nada! Eso sin contar con que acabó con la revolución de Asturias en 1934, en aquellos años convulsos, donde más de 30.000 milicianos organizados por los socialistas ─ ¡Vaya, que casualidad! ─ del mismo partido socialista obrero español actual. Es decir, el PSOE, armados hasta los dientes, se levantaron en armas contra la segunda república. O sea, sus intenciones fueron las de dar un golpe de estado mediante una revolución que quisieron extender a toda España, pero que se quedó en Asturias y en Cataluña, con la proclamación de la independencia por Lluís Companys y que duró, lo que tardó Alejandro Lerroux, presidente de la segunda república, en enviar al general Franco a Asturias y al general Domingo Batet a la generalidad, es decir, un suspiro.

Así era la extrema izquierda y así sigue siendo en nuestros días: se odian a muerte entre ellos, pero se necesitan para la muerte

Por estos dos motivos, por la actuación en Asturias y por haber ganado la guerra civil, los comunistas de todos los pelajes y de todos los lugares de la tierra, odian a quien les venció y de paso, pero lo más importante, libró a España de ser esclavizada por los bolcheviques y de habernos convertido en una república de la órbita soviética. Es decir, una dictadura comunista sovietizada o bolchevizada al estilo de la Alemania Oriental, que ya sabemos el sufrimiento, las penurias y los asesinatos que se produjeron en aquellos países esclavizados por el terror rojo.

Así que, ahora, más de 82 años después de haber ganado la guerra y 46 años de su muerte, el gobierno ha continuado persiguiendo su cadáver, su sombra y su legado exhumándole de forma sacrílega del Valle de los Caídos y, presuntamente ilegal, perpetrada por jueces indolentes del tribunal contencioso administrativo y presuntos prevaricadores a las órdenes de ese gobierno. La primera vez en la historia que se exhuma un cadáver sin el consentimiento de la familia y, enterrándole de nuevo, sin la aprobación de la misma donde el gobierno ha querido. Esto, digan lo que digan, fue un acto criminal de una presunta prevaricación perpetrado por dichos jueces de ese tribunal de lo “tendencioso”, que no contencioso, administrativo.

El último disparate del gobierno

Pero esto no acaba aquí, el gobierno, de la mano de Enrique Santiago, el mismo que quiere aprobar la nueva ley de seguridad ciudadana ─de ésta ya hablo en otro artículo─, el mismo que asesoró a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (F.A.R.C.), o el mismo que dijo aquella infame frase de: ”Si en España hubiera un proceso revolucionario, iría a la Zarzuela a asesinar al rey”, justificando y comparando el asesinato del Zar Nicolas II a manos de Lenin. ─La familia Románov, es decir, Nicolas II, su esposa la zarina y sus cinco hijos, mas todos aquellos que le acompañaban, fueron asesinados a tiros, bayoneteados y apaleados​ por tropas bolcheviques de Lenin la noche del 16 al 17 de julio de 1918, descuartizándolos posteriormente y arrojándolos, presumiblemente, a una mina y quemando sus restos. Aunque estos jamás aparecieron─  

Este es el personaje que acaba de sacarse de la “faltriquera” otra modificación a la nueva ley de memoria democrática, que no tiene nada de democrática y menos, colectivizando la memoria, que es individual y única en cada individuo. Pues bien, este ha introducido una nueva enmienda que consiste en seguir persiguiendo a Franco o a su cadáver hasta 1983. Es decir, a toda la transición, incluida la ley de amnistía que fue aquella ley de reconciliación que aprobaron el 90 % de los diputados del parlamento de la época y que permitió el perdón entre ambos bandos.

Pero ya puestos, ¿por qué solo hasta 1983? ¿Por qué no continuar unos años más?, pues después ganó las elecciones Felipe González y ya sabemos lo que ocurrió: Filesa, Malesa, Time Sport, los Gal etc. etc. ¿Esto también es pos-franquismo, o el “francofelipismo” tardío? O sencillamente decir que son actos “normales” de este partido nacido para el delito, para el crimen, para la involución permanente, pues cuando no está en el poder, están pergeñando como asaltarlo y que, además, está en su propia naturaleza desde el principio de los tiempos, es decir, desde su nacimiento hace ya más de 142 años.

Pero según este individuo, el tal Enrique Santiago, desde que Franco muriera en la cama en 1975, hasta la llegada de toda esta patulea infecta, pareciese que los españoles no hubiéramos gozado de los años más prósperos, democráticos y de libertad, como nunca antes. Por supuesto que todo es mejorable, pero estos no quieren mejorar nada, quieren volver a la guerra civil, a ver si estando Franco, creemos que muerto, todos estos criminales pueden ganar una guerra con sus leyes depravadas, inconstitucionales, sectarias e ilegales de todo punto, llevando a España a cotas de ignominia, corrupción y depravación política   que nos estamos convirtiendo en una caricatura ridícula y en la sombra de la gran nación que un día fuimos.

Cualquier historiador explicaría infinitamente mejor que yo, que Franco, después de vencer a uno de los mayores enemigos de la historia de España, el comunismo, no podía restablecer la democracia de inmediato, pues de haberlo hecho, el marxismo, los comunistas bolcheviques, es decir, los enemigos vencidos se habrían reagrupado y vuelto a las andadas. Franco no tuvo mas remedio que establecer un régimen de control férreo, lo que se vino en llamar, una democracia orgánica, con un parlamento con diputados a cortes, aunque todo el poder estaba en manos de Franco, que dejaba hacer en lo económico, en lo social y en la empresa, de hecho, en los años 60 se produjo uno de los desarrollos industriales más potentes del mundo, donde España crecía cerca de un 7%.

Al morir Franco, ya había dejado nombrado sucesor a titulo de Rey a Juan Carlos I, restableciendo la democracia de la ley a la ley, donde las cortes franquistas cedieron todo su poder para instaurar la monarquía parlamentaria

Por cierto, uno de los primeros errores de esta democracia incipiente, fue la de legalizar a los partidos que quisieron destruirnos en el 36, por ejemplo, el PCE, aunque por aquel entonces, en la transición, éste aceptara la monarquía parlamentaria y la bandera rojigualda como forma de gobierno y símbolo del estado. También a los mismos enemigos de antaño, los nacionalistas de entonces, ahora secesionistas en abierta rebelión contra España. También el dividir la unidad de España o integración territorial por autonomías. Hoy en día queda claramente demostrado que ha sido un fracaso descomunal, que nos cuesta tener una deuda de mas del 120 % del P.I.B. español, aparte de ser mini estados sin control o “Reinos de Taifas” con una corrupción descomunal, descontrolada y cada vez más difícil de soportar.

Por todo ello, no puedo por menos que, aun siendo liberal y, por tanto, amar profundamente la libertad, la democracia y todos los derechos consustanciales a la misma, hoy más que nunca, como contraposición al ataque constante de la extrema izquierda, quiero gritar alto y fuerte, ¡Franco, Franco, Franco!, aunque me cueste el reproche, la incomprensión de algunos, el rechazo de otros, o incluso algún tipo de censura. Pero seguro que de vivir hoy Francisco Franco estaría al lado de los demócratas, al lado de los derechos humanos, al lado de la verdad y, de tener algún poder, civil o militar, nos volvería a salvar y a devolvernos la libertad, que los enemigos de siempre, los de antaño, que son como los de ahora, pero renovados y envueltos en un globalismo criminal, nos quieren arrebatar.

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