El giro Copernicano del Partido Popular | Parte I

casado-1

Desde que Pablo Casado saliera elegido en aquel congreso en el 2018 donde nos soltó aquel discurso que parecía que íbamos a tener un líder de verdad en ciernes, en el PP nos han estado diciendo todos los días ─Y no les falta razón, incluso con adjetivaciones demasiado suaves para lo que se merece este gobierno Franquenstein─ que malo es este gobierno, que Sánchez miente, que este gobierno quiere cambiar de régimen, que si es un gobierno que roza el delito, que se saltan la Constitución, que si el ministro tal ha sacado tal ley infame, que si los de Podemos son comunistas bolivarianos que quieren destruir España etc. etc. Pero hasta ahora, no sabíamos a ciencia cierta sus verdaderas intenciones, como digo, hasta ahora, pues por fin se nos anuncia a bombo y platillo que sí, que el Sr. Casado y el PP están negociando algunos órganos judiciales y del estado, entre ellos el Tribunal Constitucional, aunque recalcan, que el C. G. P. J. de momento, que no, que más adelante.

¿Tribunal Constitucional?…

Sobre el Tribunal Constitucional, este debería de desaparecer, pues es un tribunal político y no judicial. Es decir, a sus miembros los nombran los políticos, o más bien la cúpula de la mayoría de partidos políticos, no todos, pues Ciudadanos y Vox siempre se negaron a tal enjuague. Pero en definitiva sus miembros son nombrados a dedo por esos lideres, para en el caso de necesitar favores de ese tribunal, presuntamente delincan sin ningún rubor y aprueben, o no, leyes a la carta. Uno de los casos más escandalosos fue cuando votaron a favor de la Ley Integral de Violencia de Género (Viogen, aunque hay muchas más), una ley de todo punto inconstitucional, lo nieguen los magistrados de ese tribunal, como si lo dice María Santísima o el sursuncorda: es inconstitucional. Lo confesó ante el mundo Alfonso Guerra, en una supuesta conversación con un presidente del TC donde Guerra le expresaba así su opinión al respecto del inminente fallo de aquel recurso:

Alfonso Guerra ─ Al congreso llego una ley donde actos penales, si estaban ejecutados por hombre o mujer, tenían sanciones penales diferentes─

─Pero esto está en contra del artículo 14 de la Constitución, dijo Guerra─

Interlocutor ─Pero hay más casos─

Guerra ─Pero el hecho que haya más no cambia la tipología del delito.

No puede ser, se aprobó

Alguien lo presentó al TC, yo hablé con el presidente del tribunal. Era persona conocida. Le dije oye que esa ley…

Presidente del TC ─Hombre esto es inconstitucional

Guerra ─Salió la sentencia: ley constitucional. Y le dije al presidente, ¡pero bueno! ─

Presidente del TC ─Pero tú sabes la presión que teníamos, como podíamos soportar esa presión

Pero al final, Alfonso Guerra dice algo inadmisible, pues comenta:

A mí me parece absolutamente injusta esa sentencia, pero hay que acatarla, la democracia es así ─

Vamos a ver, Sr. Guerra, lo que Ud. está diciendo es que, porque un tribunal, sea el que sea, cometa un delito de prevaricación gravísimo, que deja a los hombres completamente indefensos ante la igualdad de la justicia entre los españoles, al margen de anular la presunción de inocencia, lo tenemos que dar por valido, cuando los magistrados que lo aprobaron deberían de ser procesados por un presunto delito de prevaricación, con unos perjuicios terribles para miles de hombres que han sufrido en sus carnes esta ley ilegal, infame y deleznable. O, dicho de otra forma, a quien aprobó semejante injusticia se le premia, pero a los que somos juzgados por esa ley, tenemos la “espada de Damocles” sobre nuestras cabezas, pues tan solo se necesita que una mujer malintencionada que quiera hacer el mal a su pareja, éste se verá abocado a la destrucción de su vida tal y como la conocía hasta ese momento.

Esa ley fue aprobada en el Congreso por unanimidad. Ningún diputado tuvo el valor y la dignidad de votar en contra de una ley que violaba el Artículo 14 de la Constitución, ni tan siquiera el PP.

Pablo Casado al descubierto

Y es que, lamentablemente tardamos poco tiempo en descubrir que todo había sido eso, el líder del cuarto de hora, que fue lo que tardó en embelesarnos aquel aspirante a la nada, pues fue eso lo que le duró el liberalismo al Sr Casado; un cuarto de hora y la nada como recompensa. Pero un líder no es solo un discurso, Aznar tenía discurso –Aún con su balbuceo simpático, a veces ininteligible– pero también tuvo la inteligencia de dejar en las mejores manos posibles el gobierno de España, y en muchas cosas acertó, en otras, también erró, pero al menos tuvo la decencia de gobernar España con liderazgo. Pero luego empezó a pactar con los secesionistas de Puyol y los del PNV y se estropeó. Éstos se disfrazaban de nacionalistas, como si el nacionalismo fuera mejor; no es mejor ni peor, es lo mismo. Distinto veneno al comunismo, pero con un mismo objetivo: la destrucción de la nación española.

Pues eso, lo del Sr. Casado se quedó en un discurso y lo demás se convirtió en «agua de borrajas». Eso sí, hay que reconocerle que es un parlamentario excelente, con muy buena dicción, entonación, vehemencia cuando ha de darla y contundencia. Pero claro, un buen parlamentario, sin los valores intrínsecos que se le deben de presuponer, es decir, con una ética a prueba de bombas y con una moral fuerte que se le debe de exigir, además de un comportamiento intachable, incorruptible y leal a España, sin eso, no hay líder que valga. Se le puede llamar de muchas formas, pero no es un líder, o candidato a la presidencia de un país.

Por cierto, en España la mayoría de partidos políticos no son democráticos en su funcionamiento interno o en su organigrama, a sus lideres los eligen las cupulas de los partidos o los compromisarios en esos congresos donde “el pescado esta todo vendido”, o lo que es lo mismo, ya se sabe quién va a ser elegido. Eso en los congresos, en cuanto a las primarias, se presentan dos candidatos, es elegido uno solo por los afiliados, una ínfima minoría exigua comparado con el electorado que somos la inmensa mayoría que no estamos afiliados a ningún partido. Pero si a la cúpula de ese partido no le gusta ese candidato, lo echan como ya pasó en el PSOE con varios candidatos elegidos en primarias.

Continuará…

Autor

Artículos relacionados