Cuando leo declaraciones de un personaje como Javier Clemente (les confieso que nunca fue santo de mi devoción y menos por haber tenido el cargo de seleccionador nacional de fútbol de España) sobre la organización terrorista ETA, más concretamente sobre el supuesto fin de esa organización, me produce autentica repulsa, tal como ha declarado en el periódico La Razón: “Entiendo la tristeza de las víctimas, pero que no nos lo digan más”. Claro, es que os molesta que las pobres victimas hablen mal de sus victimarios, o recuerden sus aniversarios de los asesinatos de sus familiares y amigos.
https://www.larazon.es/deportes/20211021/ymy7oh4muva2hhyxuraro3o3oq.html
“Mejor no recordar nada, decir que ahora vivimos mucho mejor y que ahora estamos mucho mejor”
─Sr. Clemente, cuando a un ciudadano se le desprovee de la memoria, de los recuerdos, del legado de aquellos que fueron brutalmente asesinados, les está hurtando su dolor y su razón de ser, la conmemoración de ese fatídico día donde lo perdieron todo, de aquellos que una vez estuvieron con nosotros, por lo tanto, le guste o no, tenemos que recordar todos los días que ETA fue, es y sigue siendo una organización criminal─.
─Por cierto, los únicos que viven mejor, son precisamente los criminales y la gentuza que los justifica, amparan o se ponen de perfil, ya sabemos donde se coloca Ud. por sus declaraciones: en la equidistancia, aunque mas cerca de unos que de otros─.
“Lo que hay que pedir es disculpas, pues ya se han disculpado y la mayoría se han arrepentido”
─Falso de toda falsedad, ni se han disculpado como deben de hacerlo y la ETA, como tal, jamás se ha arrepentido─.
“Entiendo la tristeza que usted tiene, pero no nos lo diga mucho más”
─Sin palabras─.
Cuando leo a este majadero y a otros como él, «chiquilicuatres» desprovistos de la más mínima sensibilidad humana, cuando dicen que «les molesta» el sufrimiento de las víctimas, que les molesta su queja y su llanto desconsolado contra la ignominia de ver como son tratados todos los damnificados: sus hijos, padres, hermanos, amigos, compatriotas, me produce una repugnancia, un encolerizamiento, una rabia contenida, pues el cuerpo me pide hacer muchas cosas contra esta infamia, pero por mi conciencia y honor debo mantener las formas, a pesar que lo que me gustaría es hacer todo lo contrario.
No ha llegado aún el día donde los ciudadanos de bien veamos en el horizonte como resurge la ley y la justicia, ahora mancillada por los que durante 60 años han estado matándonos por nuestra condición de ser españoles. Esta ralea de asesinos que pululan por doquier pisoteando el honor, el recuerdo, la memoria y la sangre de aquellos héroes que dieron la vida por España, ahora se creen impunes, incluso amenazan con aprobar los P.G.E., para que este gobierno criminal excarcele a los 200 criminales etarras que aún permanecen en prisión. Y sin duda, lo harán. Ya consiguieron estar cerca de sus casas, pues su amigo, el ministro del Interior, Fernando «Grande» MarlasCa ─no vayan a pensar que me invento nada, el apellido de su madre es Marlasca, exactamente sus padres se llaman así: Avelino Grande y Ángela Marlasca Gómez ─ ha ido con un mimo aterciopelado acercándoles a cárceles de Vascongadas, donde el control lo tiene el gobierno cómplice y socio de Sanchez, el PNV, o los “recogenueces”.
La hoja de ruta de la ETA
Lo que está pasando en España no es otra cosa que lo que lleva pergeñando la organización terrorista ETA durante toda su existencia: la destrucción de España. Esta fue la razón de sus crímenes y asesinatos, de sus terribles secuestros, sus devastadoras y destructivas bombas que sesgaban las vidas inocentes de forma indiscriminada, por el simple hecho de ser españoles. Asesinos que durante 60 años sometieron a los españoles a una de las iniquidades más terribles que una nación puede llegar a sufrir: España lo sufrió. Es más, aún lo sigue sufriendo, pues pretender blanquear ahora a esos asesinos es otra iniquidad que los ciudadanos españoles no estamos dispuestos a volver a sufrir.
En España, con la banda terrorista ETA, se inició un proceso de chantaje, miedo y terror por la vía del asesinato, muy típico del comunismo criminal, cuyo último fin era la destrucción de España. Para estos asesinos era la única manera de llegar a la independencia, pues si no destruyen a España, les sería imposible conseguir dicho propósito.
Pero esta malévola planificación que urdieron los ideólogos de ETA, no podía hacerse solo asesinando, torturando o secuestrando, sino que precisaban la complicidad de gobiernos como el que inició todo el complejo organigrama de dicha destrucción. Primero; había que asaltar el poder, fuere como fuere, incluso, mediante el mayor atentado de la historia de España y de Europa: el 11M. Después, había que mentir y manipular a la opinión pública para alcanzar ese poder, haciéndoles ver que aquella infamia había sido por culpa de la derecha, es decir, el PP, al haber participado en la guerra de Irak, junto con el Reino Unido y EEUU, cosa que jamás se produjo.
España nunca participó en aquella guerra, aunque la izquierda mediática y política de Rubalcaba lo divulgaran por casi todos los medios de comunicación. Pero ya había calado la mentira y la sociedad creyó aquella deleznable y horrible pantomima. Los ciudadanos, con sus votos, inclinaron la balanza hacia el PSOE, ganando las elecciones Rodríguez Zapatero e iniciándose el cambio de régimen mediante leyes habilitantes e inconstitucionales, así como ilegalidades, pactos abominables y antidemocráticos con la peor escoria. De esta forma comenzaron a infiltrarse los enemigos de España en el organigrama del poder, a través de pactos, cesiones, transgresiones a la ley, corrupción generalizada, ilegalidades gravísimas que hacen tambalearse hasta el propio estado de derecho.
Los aliados del terror
La nación española nunca antes había sufrido tal infiltración del comunismo en nuestro sistema de valores, en nuestro modus vivendi y sobre todo en la propia estructura de poder, que afecta y peligra hasta la propia supervivencia como nación, como lo está siendo en estos momentos por todos los enemigos de España. La única diferencia del frente popular de antaño, de infausto recuerdo, a la situación actual, es que entonces fueron buscando el conflicto armado, es decir, la guerra civil, y en este caso, primero buscan el control absoluto de todos los poderes del estado, para después convertir a España en el principal narco estado del mundo. La narco dictadura al servicio del globalismo criminal. La punta de lanza de todos aquellos países que ya se han unido al mal, a la órbita Chavista-cubana, o sea, las élites de las grandes fortunas, de las Big Tech, de Foro de Sao Paulo, el Foro de Davos, Nicaragua, Perú, etc. Y no olvidemos que EE. UU está gobernado por un presidente-títere cuyos hilos mueven esas elites globalistas después de aquel sonado y escandaloso “pucherazo”. Estando también dicha involución marxista en proceso en otros países como Bolivia, Chile, Argentina, México, incluso, el peligro marxista se cierne sobre El Brasil. Y a la cabeza, por supuesto, China: la dictadura comunista mas poderosa de la tierra, pero también la mas criminal y la mas temible.
Solo cabe memoria, dignidad y justicia
No es posible que, en una sociedad democrática, moderna y respetuosa con los derechos humanos, se pueda perdonar a una banda terrorista criminal y asesina que han estado matando durante 60 años, donde, además, no han entregado las armas, no han pedido perdón, no se han arrepentido y no han colaborado con la justicia y menos para el esclarecimiento de cerca de 400 asesinatos que aún permanecen sin saberse su autoría.
No, no es posible pasar página sin más. No, no puede haber ni olvido ni perdón con unas alimañas que solo dejaron de matar porque vieron una oportunidad a través de la política y a través de sus colaboradores necesarios. Primero ZP, que les resucitó cuando ya estaban casi vencidos, gracias a una acción contundente de los CCFFSE y un puñado de jueces valientes y porque no decirlo, una fuerte determinación de aquel gobierno de Aznar que a este respecto hizo las cosas bien, al menos dejó que los profesionales las hicieran.
Luego llegó Rajoy que no hizo absolutamente nada, sino todo lo contrario, continuó con las mismas políticas que hasta ese momento había llevado ZP y Rubalcaba, y, por último, el que les ha metido hasta la «cocina» en el poder del estado: Sanchez.
Por todo ello, No, no es posible el olvido ni el perdón a estas «ratas«, todo lo contrario, habrá que soñar el día donde en España gobierne la decencia para poder hacer justicia, tener memoria y dar dignidad a nuestros caídos, a nuestros héroes, a nuestros compatriotas. Me niego rotundamente a que se les otorgue el más mínimo beneficio a quien tuvo sometida a España al chantaje más repugnante, criminal y antidemocrático que cualquier país civilizado del mundo haya sufrido.
Yo estuve allí
Esta columna no es solo un artículo de opinión más, sino que también es información de primera mano ya que hablo desde el punto de vista de la experiencia, pues tuve el privilegio y el honor de estar allí. Yo pertenecí a aquel puñado de hombres y mujeres que estuvimos en la lucha contra el terrorismo de la banda asesina ETA. Por lo tanto, sé de qué hablo. Los conozco. He mirado a los ojos a algunos de los más asesinos y sanguinarios de la historia sangrienta de ETA y créanme si les digo, que todos y cada uno de ellos se merecen, en justicia, el pasar toda la vida en la cárcel, cuanto menos.
Por lo tanto, me encuentro cualificado, si me lo permiten y con toda la modestia, en hacer esta aportación, aunque solo sea por haber sido testigo, pero sobre todo actor y parte activa en la lucha antiterrorista. Y les puedo asegurar, que lo que vi, fue a individuos sin alma, sin corazón, llenos de odio, de rencor, de sed de venganza y de sangre. Por eso fueron capaces de asesinar a niños, mujeres, ancianos, jóvenes, mayores y de toda condición; todos inocentes. Porque ante sus miserables ojos y podrido cerebro, todos teníamos lo que ellos siempre más han odiado: la condición de ser españoles. Esta era la única razón por la que estos miserables han estado matando durante 60 años, pues al asesinar a españoles, también mataban un poco cada día a España.
Así pude comprobar que eran asesinos psicópatas, que su único ideario era el de matar. Con una enorme ignorancia, con un lavado de cerebro descomunal. Donde incluso, alguno de ellos sin ser de origen vasco, eran más radicales y separatistas que los de allí. Todos ellos capaces de matar a un ser humano sin pestañear. Psicópatas al servicio del asesinato, del secuestro, de la tortura, como los de 532 días que tuvieron secuestrado a Ortega Lara. Capaces de dejarle encerrado para morir en un agujero inmundo. Sin empatía alguna con los seres humanos, incapaces de sentir o de vivir en sociedad.
En definitiva, la sociedad española no debe ni puede consentir ni que se excarcele a los últimos asesinos como consecuencia de la aprobación de los P.G.E. ni buscar cualquier otra justificación. No, la sociedad española no perdona ni olvida a quienes, de no ser porque ahora les conviene estar en el poder de manos de este gobierno criminal, estarían asesinando con tiros en la nuca, coches bomba, secuestrando, extorsionando y sometiendo a la Nación Española a un chantaje inaceptable. No, no con nuestros muertos.
Llegará el día y la hora donde una sociedad libre, con un gobierno de hombres libres y valientes hará la justicia que ahora nos niegan, no tengáis ninguna duda. España os aplastará, ¡malditos!, como lo que siempre fuisteis: alimañas salidas del mismo infierno, de la ergástula más putrefacta del infierno.