La ultra Orriols asiste a la manifestación de la Diada catalana
Sílvia Orriols, líder de la formación de extrema derecha Aliança Catalana, participará por primera vez en la protesta secesionista del 11-S. Su presencia, confirmada para este jueves, incomoda al independentismo y ha provocado la reacción de la ANC.
Un nuevo actor en el tablero independentista
La líder de Aliança Catalana, Sílvia Orriols, diputada autonómica y alcaldesa de Ripoll (Girona), ha confirmado su asistencia a la manifestación organizada por la ANC y Òmnium Cultural. La dirigente, que encabeza un partido de extrema derecha e islamófobo, busca protagonismo en el acto más relevante del año para el movimiento nacionalista catalán. Su presencia ha sido confirmada por el diario Ara.
Reacciones y ausencias notables
El presidente de la ANC, Lluís Llach, se ha visto obligado a hacer equilibrios, asegurando que todo independentista es bienvenido pero cargando contra Aliança Catalana, a la que ha comparado con Vox y le ha acusado de no respetar los derechos humanos. En cambio, quien no participará en esta ocasión será Oriol Junqueras, presidente de Esquerra Republicana (ERC), cuya formación será representada por la secretaria general, Elisenda Alamany.
Un independentismo fragmentado
La ANC y Òmnium nunca invitan formalmente a los partidos a la manifestación, y las formaciones políticas acostumbran a desfilar por separado. Aliança Catalana ya estuvo presente el año pasado, pero sin Orriols. Las encuestas apuntan que podría pasar de 2 escaños a 10 en unas elecciones catalanas, sobre todo a costa de Junts per Catalunya (Junts).
Un clima enrarecido
La política en el independentismo catalán se encuentra en un momento de reconfiguración, con el ascenso de nuevas formaciones y la tensión entre sus diferentes actores. Dirigentes de ERC han sido insultados y silbados estos últimos años en los actos secesionistas de la Diada, lo que evidencia las divisiones internas dentro del movimiento.
El independentismo mira con recelo a su nueva aliada
La participación de Aliança Catalana en la Diada introduce un elemento de tensión en el tradicional acto unitario. Este hecho subraya la fragmentación del movimiento y plantea interrogantes sobre la futura evolución del espacio político independentista, marcado por la pugna entre formaciones tradicionales y emergentes.


