El Tribunal Supremo deja en manos de la Fiscalía la expulsión de García Ortiz de la carrera
La sentencia limita la inhabilitación de dos años al cargo de fiscal general del Estado. El Tribunal Supremo considera proporcionada la pena pero «excesiva» su proyección a la carrera fiscal. La decisión final sobre su continuidad como funcionario corresponde ahora al Ministerio Público.
Un fallo que delimita el alcance de la condena
La inhabilitación de dos años para Álvaro García Ortiz supone la privación definitiva del cargo de fiscal general del Estado. El ponente Andrés Martínez Arrieta señala que, desde una perspectiva penal, esta acotación es proporcionada. El tribunal no se pronuncia sobre las consecuencias extraprocesales, que corresponden a la Fiscalía.
El reglamento que complica su futuro
El artículo 32.4 del reglamento del Ministerio Fiscal establece que una condena por delito doloso implica la salida de la institución por motivos disciplinarios. Al ser la pena superior a seis meses, no puede sustituirse por una suspensión según el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal (EOMF).
El proceso interno que se inicia
La nueva fiscal general, Teresa Peramato, deberá responder a las peticiones de la Asociación de Fiscales (AF) y la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales (APIF). Estas asociaciones preguntarán por las consecuencias internas de la condena. A partir de ahí, la Inspección Fiscal determinará si existen motivos disciplinarios.
La repercusión en la institución
El caso genera un debate jurídico interno sobre la proyección de la condena. La sentencia deja en manos del Ministerio Público la ejecución del castigo. La APIF, que ejerció la acusación popular, seguirá el proceso.
Antecedentes de una inhabilitación acotada
La resolución asegura que la pena «supone la privación definitiva del cargo sobre el que recae», concretándose exclusivamente en el que ostentaba el acusado en el momento de los hechos: fiscal general del Estado. Desde este prisma, a la mayoría del tribunal le parece que, desde una perspectiva estrictamente penal, «es proporcionada esa acotación».
Cierre: Un futuro laboral por determinar
La sentencia transfiere la responsabilidad de la ejecución penal al Ministerio Público. El proceso disciplinario interno decidirá la continuidad de García Ortiz como funcionario. El caso muestra la separación entre la condena penal y sus efectos en la carrera fiscal.


