Irene Montero defiende las pulseras antimaltrato tras las críticas del PP
Ninguna mujer ha sido asesinada mientras portaba estos mecanismos en la entradilla. La exministra de Igualdad Irene Montero apoya a la actual titular, Ana Redondo, y califica las denuncias de fallos como una «mentira» de la derecha. El PP y Vox exigen la dimisión de la ministra.
Defensa del mecanismo de protección
Irene Montero, exministra de Igualdad, ha afirmado que las pulseras nunca han fallado y son uno de los mecanismos más efectivos. Explicó que el nuevo contrato con Vodafone se realizó para mejorar unos dispositivos de 2013, que calificó de «zapatófonos». La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, también ha criticado a quienes dudan del sistema.
Explicación sobre la migración de datos
Montero señaló que no se produjeron fallos en las pulseras durante el cambio de operador. Reconoció una incapacidad temporal para acceder al histórico de quebrantamientos de órdenes de alejamiento, pero aseguró desconocer su duración porque ya no era ministra.
Críticas políticas y exigencia de dimisión
Las comunidades autónomas gobernadas por el PP han reclamado la dimisión de la ministra Ana Redondo. El vicesecretario de Educación e Igualdad del PP, Jaime De los Santos, acusó al Ministerio de ocultar un escándalo que puso en riesgo a mujeres.
Postura de Vox
La portavoz de Vox en el Congreso, Pepa Millán, se sumó a la petición de dimisión. Millán cuestionó el destino de los fondos del Ministerio de Igualdad, afirmando que el dinero se gasta en «puntos violeta, pulseras que no sirven, chiringuitos y prostitutas».
Antecedentes del contrato
Irene Montero dirigía el Ministerio de Igualdad cuando se avaló el contrato de las pulseras, a pesar de haberse detectado un diseño deficiente. El servicio se adjudicó a Vodafone después de que la empresa anterior, Telefónica, renunciara a realizar las mejoras.
Implicaciones políticas
El debate sobre la gestión del sistema de pulseras antimaltrato ha generado un enfrentamiento político. Las explicaciones del Gobierno no han calmado las críticas de la oposición, que mantiene su exigencia de responsabilidades.


