¡MUCHAS GRACIAS!

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Dijo el cardenal inglés John Henry Newman allá por el siglo XIX que “Vivir es cambiar y ser perfecto es haber cambiado muchas veces”; y en efecto, el florecimiento tanto físico como emocional se produce tras una transformación donde los resultados son muchas veces, cuando menos, sorprendentes. Hoy quiero dedicar este pequeño artículo a las dos personas que más quiero en este mundo, mis padres, los cuales han demostrado a sus setenta y pico años que el espíritu de lucha y de cambio está más allá de los límites de la edad y de la ideología.

Creo que a estas alturas sería estéril hacer una crítica extensa  de la situación que vive España desde hace varios años. Cada semana nos enfrentamos a nuevos escándalos por parte de este gobierno nuestro: mentiras de dimensiones olímpicas, negligencia a la hora de tomar decisiones durante la pandemia, corrupción y nepotismo a escalas ciclópeas, ineptitud  manifiesta por parte de todos los miembros del gobierno, mala fe a la hora de referirse a los productos españoles, avalancha de inmigración ilegal que campa a sus anchas por el territorio nacional, total incoherencia de sus pensamientos y actos, alarmantes casos de inseguridad en las calles… y una larga lista de otras sandeces que insultan nuestra inteligencia sin descanso. ¿Cuándo nos habíamos visto así antes? Yo, a mis casi 50 años, nunca; mis padres, a sus más de 70, tampoco.

La situación es crítica, dramática diría yo, pues estamos empezando a caer en un abismo de locura e irracionalidad que jamás habríamos imaginado. Yo, ya lo tenía claro pero, ¿y mis padres? ¿qué harían para frenar a este gobierno aberrante, para  plantarse definitivamente,  y para darnos  a las generaciones ulteriores   la oportunidad de un futuro mejor? Mis padres  no pensaban votar en los próximos comicios electorales del 13 de Febrero; sin embargo la  meditación, reflexión, y el contraste de  información que ellos mismos obtenían  y que también les llegaba a través de mí, hizo que llegaran a una decisión final. Ellos, votantes de la izquierda de toda la vida, e incrédulos y desilusionados ciudadanos con la clase política a día de hoy, llegaron a la conclusión de que apostarían por ese partido que jamás habrían imaginado votar, Vox, para, por una parte expresar su rotundo NO a la deriva política, social, económica y de valores en la cual nos encontramos, y por otra para dar un cambio de 180° que encauce de nuevo la vida de nuestro país.

Mi sorpresa fue mayúscula cuando me lo comunicaron, pero también les expresé mi intenso agradecimiento por su decisión y mi profunda admiración por haber sido capaces de mantener el espíritu combativo que siempre han tenido los dos en otros ámbitos personales de la vida. Gracias papá y mamá por intentarlo a pesar de vuestras disquisiciones políticas internas. No sabemos lo que ocurrirá, pero nadie, ni vosotros mismos podréis decir que no lo intentasteis; no podréis reclamaros nunca que no fuisteis partícipes del deseo de dejarnos un país para soñar como ya lo habíais hecho hace décadas. Gracias por llevar a cabo tamaño  ejercicio de responsabilidad ciudadana, de dignidad moral y de espíritu de combate. Gracias, en fin, por  daros y darnos esta oportunidad.

¡Muchas gracias!

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