Disturbios en Madrid obligan a cancelar etapa final de La Vuelta ciclista
Más de 100.000 manifestantes y 22 policías heridos en los incidentes. Sindicatos policiales y mandos denuncian interferencias políticas en el operativo.
Críticas al dispositivo de seguridad
Mandos policiales y sindicatos coinciden en calificar el despliegue como «insuficiente a todas luces». Señalan que hubo «interferencias políticas» que impidieron realizar labores preventivas y restringir las protestas, a pesar de que grupos pro-palestinos habían convocado «abortar la última etapa».
Reacción institucional divisiva
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, defendió que el dispositivo fue «absolutamente suficiente». Esta postura contrasta con la de los agentes, que se sienten «desamparados» tras las declaraciones del ministro y del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quienes acusan de «alentar» las protestas.
Consecuencias y repercusiones
Los sindicatos SUP, Jupol y CEP fueron unánimes al denunciar que la «conveniencia política» primó sobre la seguridad. Afirman que esta situación daña la imagen internacional de España y debilita la autoridad del Estado.
Antecedentes del operativo
El delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, había utilizado previamente la legislación para prohibir otras manifestaciones, como las convocadas por Vox, alegando razones de orden público. Sin embargo, no se aplicaron estas medidas para restringir la protesta del domingo.
Implicaciones del suceso
El incidente evidencia una fractura entre el criterio político y el operativo policial, generando una crisis de desconfianza dentro de los cuerpos de seguridad del Estado respecto a sus mandos políticos.


